6. ENTRENAMIENTO DEL FUTURO ORADOR: EJERCICIOS PREPARATORIOS




En las escuelas de retórica llegaron a formalizarse técnicas muy depuradas y complejas para la creación de discursos. Es cierto que algunas personas tienen más facilidad de palabra y don de gentes, pero es falso que para dar un discurso y hablar en público se nazca: todo, incluso eso, es aprensible. Y, si no, pregúntaselo a Demóstenes.

Antes de crear un discurso y convertirse en un gran orador, el maestro de retórica o rétor sometía al alumno a una gran cantidad de ejercicios previos en los que este, una por una, iba dominando cada una de las partes de un discurso. Porque un discurso no es simplemente un conjunto muy largo de muchas frases; así y ya está. No. Un discurso es una cosa muy complejo, lleno de recursos estilísticos e incluso poéticos, estructurado en muchas partes, que se pueden resumir, como todo, en principio, desarrollo y fin, pero que conviene controlar, para llenarlo de colores y matices y tratar de nunca perder la atención del público.

Esos ejercicios previos o introductorios eran los προ-γυμνασματα, que, según los tratados de retórica que conservamos (los de Aftonio, Hermógenes y Teón), eran los catorce siguientes, de los que veremos algunos durante lo que resta de curso:

·  Fábula.
·  Narración.
·  Anécdota (o Chreia).
·  Proverbio.
·  Refutación.
·  Confirmación.
·  Lugar común.
·  Encomio.
·  Vituperio.
·  Comparación.
·  Etopeya.
·  Descripción.
·  Tesis o tema.
·  Defensa / ataque.