7. DESCRIPCIÓN y ETOPEYA

INTRODUCCIÓN
La descripción es la técnica que permite representar realidades del mundo mediante palabras. Metafóricamente, describir es pintar; solo que, en vez de con pigmentos, con lenguaje. Hay muchos tipos de descripción, igual que hay muchas clases de pintura: retrato, bodegón, paisaje, etc. Asimismo, podemos describir lugares, cosas, edificios, personas, etc.
Casi todo material lingüístico vale para describir, pero algunos de los más básicos e importantes pueden ser el adjetivo, el símil y la metáfora.
En cuanto a su estructura, una descripción puede hacerse de mil maneras, pero es aconsejable planear una:
- A nivel narrativo, proponemos la clásica estructura 1. Introducción; 2. Desarrollo; 3. Cierre.
- A nivel descriptivo, conviene que haya un principio rector: por ejemplo, en el ejemplo de Edipo y la Esfinge, fíjate en que la descripción se hace en torno a la dicotomía Edipo-Esfinge y la historia subyacente, por todos conocida. Es decir, toda la descripción se subordina a la narración, al mismo tiempo, de la famosa historia del enigma.

La etopeya es una especie de descripción sui generis, desde dentro, de un personaje. El término viene del griego ἦθος, ους τὸ, que significa “carácter”, y ποιια, que significa “elaboración”. Es decir, una etopeya consiste en describir a un personaje principalmente mediante la elaboración de su carácter o, lo que es lo mismo, su espíritu; lo cual se consigue principalmente con la técnica del monólogo dramático. Cuando describimos una casa, es fácil, porque tenemos simplemente que utilizar el lenguaje que recoja su aspecto tal como la vemos con los ojos de la cara. En cambio, para describir un carácter, hemos de fijarnos en el personaje con los ojos del espíritu; fijarnos en quién es y cómo es su vida, su comportamiento y acciones, cómo es o puede ser su lenguaje verbal y no verbal, en el brillo de sus ojos, en lo que puede estar pensando, etc. Hemos de empatizar con él, poniéndonos en su piel.
Como virtud más importante de la etopeya, aparte de intentar adecuar el lenguaje al carácter del personaje que habla, es adoptar un estilo coloquial, el que puede hablar cualquier persona en cualquier momento: nadie suele hablar en barrocas palabras poéticas, ni en las lapidarias jergas de los juzgados, ni siquiera en los correctos dialectos académicos de los institutos. Has de esforzarte en componer, por tanto, el lenguaje y discurso que al personaje le es propio, por muy alejado que esté de tu propio modo de hablar. 
        
EJEMPLOS

 
Descripción del tondo de Edipo y la Esfinge (Kylix del Museo Gregoriano Etrusco, Vaticano 16541):
Las cerámicas griegas de figuras rojas, tan poca atención se les suele prestar en los estudios generales, son, en cambio, el más prodigioso logro del arte griego. Rezuman más sensibilidad e ingenio que cualquier otra manifestación artística de entonces. Son como cómics que, por alguna razón, los griegos decidieron imprimir en sus ajuares (Introducción).
Aquí tenemos, por ejemplo, una maravilla de viñeta publicada sobre el fondo de una copa para tomar vino (κύλιξ), en la que la figura roja de Edipo mira en actitud de inteligencia a una Esfinge carente de ojos; raro caso, ya que cuenta el mito que la esfinge tenía ojos de fuego. El caso es que ambos, encerrados en el breve espacio del tondo formado por una cenefa circular de meandros o grecas, están enzarzados en su famoso duelo. Edipo todavía no es rey, sino ese viajero que llega a Tebas, desconocido, sobre todo, de sí mismo. Porta, no en vano, los atributos del peregrino griego: el sombrero de ala ancha, o pétaso, para protegerse del sol de los desnudos caminos helénicos; el capote de viaje o clámide; las sandalias de altas correas que permiten a un viajero avanzar largas jornadas con pie seguro y la vara de caminante entre las piernas. Ahí está, ahí lo tenéis, mesándose la puntiaguda barba y clavando la mirada en la esfinge sin ojos que, no obstante, le devuelve el gesto de la mirada; una mirada, sin duda, ultramundana. ¿Para qué habría de necesitar ojos la esfinge, si uno lo piensa bien? El monstruo, racional cabeza humana sobre brutal león alado, encaramado sobre su columna-trono, está en su letal posición, preparado para abalanzarse sobre el incauto humano. Solo que Edipo no es un incauto. Él no morirá. Se adivina en la sutil forma en que el maestro lo ha dibujado. Edipo acepta el desafío y encara la muerte con sofrosyne. En sus piernas plácidamente cruzadas y en el ojo que su perfil nos muestra se ve la confianza del hombre griego en la fuerza del intelecto. Grandioso encuentro el del hombre con mirada contra la bestia ciega; la razón en marcha contra el arbitrio de la crueldad. Edipo no se deja amilanar por su asiento en la roca hundida a los pies de la Esfinge y casi se diría que podemos ver la tormenta de rayos de sus neuronas hilvanando a toda velocidad la solución al enigma esfíngico. (Descripción).
Es una verdadera lección de mito, de cultura, de filosofía y humanidad la que el anónimo pintor de Edipo nos legó con esas dos figuras rojas sobre el intenso negro cerámico. (Cierre).

Etopeya de Medea:
Medea en su carro
¿Por qué me vendría de la Cólquide? ¿Por qué? ¿Por qué?… Por qué. A este país de gente sin honor. ¡Cómo pude ser tan cándida, por la Luna! Creí todo lo que Jasón dijo, promesa tras promesa, e hice todo lo que pidió. Como una de sus vulgares esclavas. Pero ¡qué digo sus esclavas! ¡Ojalá fuera yo una! A ellas, al menos, no las engaña. Pero a mi, maldito embaucador griego, todos iguales, ¡vaya si me mintió! Una traición en toda regla, pérfida, meditada, urdida matemáticamente; con las pobres matemáticas que usan los burdos comerciantes de esta tierra. Y yo, como una salvaje, como la salvaje que soy, ingenua, me dejé atraer por sus baratijas. Debí haberme dado cuenta antes. ¡Nunca mostró interés por mí! En sus ojos del color de la avaricia solo había sitio para esas pieles de oro. No le tembló el alma ni un poco cuando mandé sacrificar a mi hermano por él. Entonces debía haberlo visto. Pero ¿es que tiene visión el amor? No, ¡no! ¡Estaba ciega! No pude verlo. Y dejé que él me guiara. Y hasta aquí me ha guiado, hasta este abismo que ha trazado en torno a mí. ¡Araña maldita eres, Jasón! Has tejido cobardemente toda esta tela de la que no puedo despegarme. Aislada a miles de kilómetros de mi hogar. ¿Hogar? Hasta aquello me arrebataste, y mi padre, o, mejor dicho, Eetes, porque ya no podría llamarlo padre, me mataría si regresara. Pero antes no me importaba, porque tú eras mi hogar. Rodeada de griegos que me miran como a una alimaña. Y tienen razón, porque lo soy. Soy una fiera incapaz de dominar mi ira. ¿Qué haré? Una fiera acorralada. ¿A dónde escaparía? No hay ya tierra en la Tierra para mí. Me has convertido en bárbara del Universo. Y anclada a mis hijos. Mis dos hijos, lo único que me queda de todo esto, pero también el recordatorio perpetuo de mi fracaso. …

EJERCICIO
1. Compón la descripción de alguna cosa o la etopeya de un personaje que sean reconocibles por parte de cualquier persona de tu clase (compañeros y profesor).

SUGERENCIAS:
Para descripción                                                       Para etopeya
Acrópolis, Atenas                                                       Ariadna
Partenón, Atenas                                                         Electra
Templo de Atenea Niké, Atenas                                 Alcestis
Erecteón, Atenas                                                         Antígona
Teatro de Epidauro                                                     Hécuba
Laocoonte                                                                   Andrómaca
Discóbolo, de Mirón                                                   Lisístrata
Afrodita de Cnido, de Praxíteles                                Casandra
Toro Farnesio, de Apolonio de Trales                        Dido
Gálata moribundo, de Epígono                                   Teseo
Venus de Milo (Melos)                                               Hércules
Biblioteca de Éfeso                                                     Orestes
Altar de Pérgamo                                                        Jasón  
(recuerda que también puedes describir
personas, lugares, procesos, etc.)