Un estudiante de fábulas del siglo III d.C.
La fábula como ejercicio de escuela: Tabulae ceratae assendelftianae
En la Biblioteca de la Universidad de Leiden, en el sur de Holanda, custodian el precioso documento de unas tablillas enceradas, halladas en el siglo XIX en la espectacular ciudad siria de Palmira, con 13 fábulas escritas en ellas.
Las tablillas cubiertas de cera eran el cuaderno de trabajo habitual de los jóvenes estudiantes griegos en la antigüedad. A falta de papel (que no llegó a las orillas del Mediterráneo hasta la Edad Media, procedente de China y traído por los árabes), utilizaban este soporte en el que con un punzón iban rayando las letras del alfabeto, bajo la atenta mirada del διδάσκαλος.
En este caso, este cuaderno de ejercicios "fósil", en coherencia con su carácter escolar, contiene abundantes errores en la ortografía del griego, como podrás apreciar si dedicas un momento a mirar la transcripción del texto original que hay en la columna de la izquierda de las dos imágenes siguientes y la comparas con la versión en buen griego que el editor del texto puso al lado, a la derecha. Un apunte: los griegos no solían separar las palabras ni ponían comas ni puntos al escribir un texto, así que en el texto de la izquierda es normal que lo veas todo seguido.
Arriba, al principio de esta entrada, la imagen es un escaneo de una de las tablillas enceradas (para verla ampliada, junto con el resto, pincha aquí); por cierto, llamadas assendelftianae en honor del mecenas que las compró en Palmira y las donó a Leiden, un tal H. van Assendelft. A la derecha se pueden apreciar, en el margen de madera, los agujeros por los que unas cuerdas unían las varias tablillas para formar el cuaderno.